sábado, 9 de abril de 2011

Cuentos de amor y humor



Esta vez, sea porque aún estaban adoloridas las manos, o porque se echó por tierra la supremacía viril, no hubo aplausos. Sí, en cambio, un humor de perros en todos los rostros. Sin duda al moderador se le fue la mano. El hombre, aunque ya no es nadie, es el hombre, y hay que mantener en alto su imagen de conquistador. A las mujeres les fascina eso. De ahí que, iracunda, la doctora Caballero tomó la palabra:


-En primer lugar, debo recordarle a Arteaga que los hombres no lloran. En segundo, que no es tan fiera la mujer como él la pinta. Y en tercer lugar que nosotras también tenemos cuitas de amor. ¡Ay, si no fuera así, no nos prenderíamos del radio para oír la Novela de las Dos, ni pagaríamos a cualquier precio los idilios del señor Goicochea, ni nos tiraríamos por la calle del medio como ahora solemos hacer! ¡Ustedes tienen la culpa! No han sabido crecerse ante las dificultades. Ir a lo profundo. Llegarnos al corazón.


Elio Ortega - Cuentos de amor y humor

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