Leer. Leer sin ganas. Leer por aburrimiento. Leer para no hacer ruido. Leer para dejar que tu padre duerma la siesta. Leer porque no te dejan poner la tele. Leer porque ya nadie quiere contarte un cuento. Leer porque te han castigado sin salir. Leer porque estás en la cama con fiebre. Leer porque estás solo. Leer porque imitas a tus hermanos mayores. Leer porque lo hace tu madre. Leer libros para niños. Leer novelas que no te dejan leer. Leer hasta que te apagan la luz. Leer sin leer, pensando en otra cosa. Leer en la biblioteca. Leer todos los libros de la biblioteca infantil. Leer porque tu hermano lee en la cama de al lado. Leer libros de Tintín en casa de tu abuelo. Reír porque tu tía llora con una novela. Llorar porque te da pena el abominable hombre de las nieves. Leer y leer y leer cinco líneas sobre sexo. Leerlas y leerlas una vez más. Leer porque quieres estar solo. Leer porque te sientes solo. Leer porque te crees distinto. Leer para encontrar almas gemelas. Leer aquello que aún no has vivido. Leer para llenarte la cabeza de pájaros. Leer para presumir. decir que has leído un libro que no has leído. Resumir libros en literatura que no has leído. Sacar buenas notas en literatura haciendo resúmenes de libros que no has terminado de leer. Reír. Llorar. Vivir. Sentir. Leer.
jueves, 28 de abril de 2011
lunes, 18 de abril de 2011
R. M.
sábado, 9 de abril de 2011
Cuentos de amor y humor
Esta vez, sea porque aún estaban adoloridas las manos, o porque se echó por tierra la supremacía viril, no hubo aplausos. Sí, en cambio, un humor de perros en todos los rostros. Sin duda al moderador se le fue la mano. El hombre, aunque ya no es nadie, es el hombre, y hay que mantener en alto su imagen de conquistador. A las mujeres les fascina eso. De ahí que, iracunda, la doctora Caballero tomó la palabra:
-En primer lugar, debo recordarle a Arteaga que los hombres no lloran. En segundo, que no es tan fiera la mujer como él la pinta. Y en tercer lugar que nosotras también tenemos cuitas de amor. ¡Ay, si no fuera así, no nos prenderíamos del radio para oír la Novela de las Dos, ni pagaríamos a cualquier precio los idilios del señor Goicochea, ni nos tiraríamos por la calle del medio como ahora solemos hacer! ¡Ustedes tienen la culpa! No han sabido crecerse ante las dificultades. Ir a lo profundo. Llegarnos al corazón.
viernes, 8 de abril de 2011
El chico curvo
A mí me gustan las personas curvas
las ideas curvas
los caminos curvos
porque el mundo es curvo
y la tierra es curva
y el movimiento es curvo
y me gustan las curvas
y los pechos curvos
y los culos curvos
los sentimientos curvos;
la ebriedad: es curva;
las palabras curvas;
el amor es curvo;
¡el vientre es curvo!;
lo diverso es curvo.
A mí me gustan los mundos curvos;
el mar es curvo
la risa es curva
la alegría es curva
el dolor es curvo;
las uvas: curvas;
las naranjas: curvas;
los labios: curvos;
y los sueños: curvos;
los paraísos; curvos
(no hay otros paraísos)
a mí me gusta la anarquía curva.
El día es curvo
y la noche es curva;
¡la aventura es curva!
Y no me gustan las personas rectas
el mundo recto;
las ideas rectas;
a mí me gustan las manos curvas
los poemas curvos;
las horas curvas;
¡contemplar es curvo!
(en las que puedes contemplar las curvas y conocer la tierra);
los instrumentos curvos;
no los cuchillos, no las leyes:
no me gustan las leyes porque son rectas;
no me gustan las cosas rectas;
los suspiros: curvos;
los besos : curvos;
las caricias: curvas;
Y la paciencia es curva.
El pan es curvo
y la metralla recta.
No me gustan las cosas rectas
ni la línea recta;
se pierden
todas las líneas rectas;
no me gusta la muerte porque es recta
es la cosa más recta, lo escondido
detrás de las cosas rectas;
ni los maestros rectos
ni las maestras rectas;
a mi me gustan los maestros curvos
las maestras curvas.
No los dioses rectos:
¡libérennos los dioses curvos de los dioses rectos!
El baño es curvo
la verdad es curva
ya no resisto las verdades rectas.
Vivir es curvo
la poesía es curva
el corazón es curvo.
A mi me gustan las personas curvas
y huyo, es la peste, de las personas rectas.
.Jesús Lizano.